Fundada en 2003 por Samia Zennadi (arqueóloga) y Karim Chikh (ingeniero electricista), las ediciones APIC han emprendido desde entonces un crucero literario en un barco de papel lleno de palabras.
En vez de elegir un día de sol generoso con un mar llano donde el horizonte se parece a un salto de página y las olas a un paréntesis que abrir, el viaje fue emprendido en un mar tormentoso. El desafío era mantener un punto y coma -el pie anclado en el suelo, el punto dominando las alturas- y avanzar con un equilibrio inestable entre las letras, las palabras y los verbos, sin sacudir ni eructar las dificultades causadas por el abuso de yodo. Punto y aparte.
Un crucero que se conjuga en todos los tiempos, con una preferencia por el futuro literario inmediato, el tiempo que corresponde usar para que nadie olvide, sin preguntas.
« Les éditions qui tombent à-pic », nous avons souvent travaillé avec des auteurs qui sont tombés à-pic ; « Apic, ça pique ! » avec des textes qui dérangent, qui suscitent des questionnements, à contre-courant ; « Apiculture, ou la passion du façonnage des belles lettres et la récolte du nectar enivrant », dans l’espoir d’apporter, dans le courant de l’évolution humaine.